“Si dejas ir un poco, tendrás un poco de felicidad. Si dejas ir mucho, tendrás mucha felicidad. Si dejas ir completamente, serás libre.”
Ajahn Chah
Otra de las actitudes básicas de mindfulness es dejar ir. Esta actitud es lo contrario de agarrarse o apegarse. Cuando queremos obtener algo material, vivir algún tipo de experiencia concreta o conseguir alcanzar algún resultado determinado, nos apegamos y nos aferramos a ello, incluso aunque sea una idea. Esta manera de ser y hacer produce mucha frustración, infelicidad y sufrimiento ya que significa vivir permanentemente apegados al deseo.
Dejar ir es recordarnos que no debemos aferrarnos o apegarnos a lo que queremos e intentar alejarnos de lo que no queremos, ya que es inevitable que las cosas lleguen a ser no placenteras y las queramos alejar, y que otras cosas sean placenteras y las queramos mantener. Con lo cual, dejar ir, significa realmente dejar ser. Significa dejar que muchas cosas sean como son y no quedarnos atrapados en querer que sean de cierta manera, cuando en realidad no son así.
Dejar ir significa reconocer cuando estamos atrapados por nuestros deseos de que las cosas sean como nosotros queremos que sean. Puede que sea doloroso, pero dejar ir, es realmente la vía a la libertad. Y esta actitud no surge simplemente por quererlo o desearlo, sino que surgirá de manera natural al haberlo practicado una y otra vez, momento a momento.
Cada vez que estemos aferrados a algo, debemos recordarnos a nosotros mismos que es posible dejarlo ser y dejarlo ir. En este sentido, la respiración es nuestra gran maestra porque nos recuerda de manera muy sencilla y natural esta actitud. Cada vez que inhalamos, luego tenemos que dejar ir el aire y exhalar, porque de lo contrario, no hay espacio para la siguiente inhalación y moriríamos. Recibir y dejar ir es pues la parte más natural de la vida como nos muestra la respiración.
Comparto este bonito vídeo que habla sobre dejar ir la rabia:
Un abrazo afectuoso y muchas gracias por leerme,
Ismael