“No creemos en nosotros mismos hasta que alguien nos revela que en el fondo de nosotros hay algo valioso, que vale la pena escuchar, digno de nuestra confianza, sagrado a nuestro toque. Una vez que creemos en nosotros mismos, podemos arriesgarnos a la curiosidad, el asombro, el deleite espontáneo o cualquier experiencia que revele el espíritu humano”.
E.E. Cummings
El desarrollo de una confianza básica en uno mismo y en sus sentimientos constituye un aspecto fundamental del entrenamiento meditativo. El espíritu de la meditación subraya la necesidad de ser uno mismo y de entender lo que eso significa. La práctica de mindfulness pasa por asumir la responsabilidad de ser nosotros mismos y de aprender a escuchar nuestro ser y confiar en él.
Confianza
La confianza es una maravillosa cualidad para cultivar ya que hay diferentes aspectos en nuestra vida en los que nos sentimos extraños y cuando cultivamos la intimidad con nosotros mismos, cultivamos también un sentido profundo de integridad y confianza.
En la práctica de mindfulness esta actitud se comienza a cultivar con nosotros mismos y con nuestro cuerpo, aprendiendo a confiar en la sabiduría natural del cuerpo y en como nuestro cuerpo nos permite vivir, un aspecto esencial que habitualmente olvidamos hasta que algo sucede. En la práctica de mindfulness comenzamos a cultivar la confianza cuando tomamos conciencia de que la respiración sucede por sí misma y nos damos cuenta de que el cuerpo respira sin ningún tipo de ayuda. De esa manera podemos comenzar a confiar en que la respiración entra y sale y del mismo modo, si tomamos conciencia de ello, podemos comenzar a confiar en que nuestros oídos oyen, en que nuestros ojos ven, en que nuestra nariz huele, en que nuestros brazos y manos pueden coger cosas, en que nuestras piernas y pies pueden moverse y caminar y en que nuestros órganos realizan todos sus procesos.
Llevando la atención al cuerpo tomamos conciencia de que nuestro cuerpo es biológicamente inteligente, de que somos seres íntegros y de que hay muchas cosas maravillosas y complejas que están sucediendo dentro de él sin que nosotros intervengamos.
Entonces, ¿por qué la mente debería de ser diferente? ¿Por qué nuestro corazón debería de ser diferente? Mientras más confianza traigamos a nuestra relación con nosotros mismos, más confianza tendremos en nuestras relaciones, en las otras personas, en la naturaleza y en los retos que tenemos que afrontar en la vida. Podemos entonces vivir confiando en nuestra habilidad de afrontar lo que suceda, basándonos en confiar en nosotros mismos. Eso es lo que se puede cultivar continuamente a través de la práctica. Cada vez que no confiemos en nosotros, podemos tener conciencia de ello y recordarnos que es una oportunidad de distanciarnos del sentimiento de no ser capaces de confiar en algo y en realidad confiar en ello cuando tiene que ver con nosotros.
Este vídeo muestra este concepto de la confianza:
Generar confianza en uno mismo significa elegir adoptar una postura consciente, especialmente durante los momentos de vulnerabilidad emocional. Esto también significa la voluntad de sentirse incómodo. Solo aquí es donde el cambio y el crecimiento reales son posibles.
La vulnerabilidad a menudo se asocia con el miedo o la debilidad. Por supuesto, ser vulnerable significa correr el riesgo de salir lastimado y aventurarse hacia lo desconocido. Esto es parte de la aventura que llamamos vida. De hecho, la verdadera vulnerabilidad es un signo de fuerza, autenticidad y coraje. Para aprender a confiar en sí mismo, debemos estar dispuestos a ser vulnerables.
Podemos desarrollar la capacidad de confiar en nosotros mismos prestando atención consciente a los momentos de vulnerabilidad, observando nuestra experiencia personal de vulnerabilidad emocional con una actitud de aceptación, curiosidad y sin prejuicios. Ser conscientes de estos momentos vulnerables aumentará la confianza en nuestra capacidad para estar con nosotros mismos, pase lo que pase.
Gradualmente, los pensamientos, emociones y experiencias de las que podemos haber pasado años defendiéndonos irán resultando menos amenazantes. Este es el proceso mediante el cual poco a poco uno logra confiar en sí mismo en este momento, y luego en el siguiente, y luego en el siguiente, hasta que la confianza se integra en uno plenamente y puede vivir desde esa confianza.
La práctica de mindfulness nos permite poner luz, o lo que es lo mismo, tomar conciencia sobre nuestros recursos internos. Esto nos permite apoyarnos en ellos para enfrentarnos a cualquier desafío que pueda surgir con estabilidad, fortaleza interior, confianza y atención. Es de este modo que podemos desarrollar la verdadera confianza.
Termino con este vídeo que quizás te pueda inspirar para simplemente ser tú mismo.
Muchas gracias por leerme y un abrazo grande lleno de afecto,
Ismael